Foto de tapa de Pablo Hernández (Programa Patagonia/Aves Argentinas)
El Macá tobiano (Podiceps gallardoi) es un ave emblemática de Santa Cruz, aunque también del país y quizá del mundo entero. De la familia de las zambullidoras, vive en un hábitat muy particular: las lagunas de altura en la estepa patagónica. En esos cuerpos de agua que dependen de los deshielos, pasa el verano y forma colonias para anidar y criar sus pichones. En invierno, migra hacia el estuario de los ríos Santa Cruz, Chico, Gallegos y Coyle.
Pero el Macá enfrenta graves amenazas. El cambio climático, la introducción de especies exóticas y la construcción de dos mega-represas pueden condenarlo a la extinción. Para siempre. Aún con este panorama tan incierto, muchísimas personas ponen el cuerpo para proteger la especie.
Además de la ciencia, al Macá tobiano lo protegen el deseo, la pasión y el afecto. Esto cierto, lo vi con mis propios ojos. Hay personas que pasan meses en la meseta patagónica cuidando a los macaes. Y compañeras que ponen todo, día a día, para defender la libertad del río.
Macá Tobiano / Foto: Pablo Hernández (Programa Patagonia/Aves Argentinas)
Y entre esas personas apasionadas, está Julia Tchira. Ella es música y creó una obra, entre al arte y la ciencia, basada en el canto del Macá tobiano. La entrevistamos para que nos cuente cómo vinculan estas disciplinas con la conservación de la biodiversidad.
¿Cómo fue que te inspiraste en el macá tobiano, y cómo llegaste a su problema de conservación?
Mi interés por la naturaleza, su conservación y especialmente su sonido viene desde hace ya bastantes años pero capaz se me presentó mas conscientemente cuando estuve viviendo en Oaxaca, México. Hasta ese entonces había vivido siempre en la ruidosa (y amada) ciudad de Buenos Aires. Esos tres años viviendo entre la playa y las montañas del pacífico sur mexicano, viviendo en y con la naturaleza, realmente cambiaron mi perspectiva en cuanto a cómo nos relacionamos con nuestro entorno como así mismo sobre mi arte. Infinidad de sonidos provenientes de la naturaleza y especialmente de aves, súper exóticos e inspiradores me llevaron a hacer grabaciones de campo que luego fueron utilizadas en mis obras.
Al regresar de ese viaje, realicé un curso en Aves Argentinas justamente sobre avistaje e identificación y fue en ese período donde conocí la problemática de conservación del Macá Tobiano. Me conmovió inmediatamente. Empecé a investigar, en diálogo con biólogos y ornitólogos sobre esta bella ave endémica del sur patagónico, hasta llegar a las grabaciones de sus cantos, y al conocerlos, me conmovieron aún más. Sentí una gran necesidad de aportar en la difusión de esta problemática desde la música, y fue ahí que decidí hacer mi composición de tesis de grado en base a su canto.
Considerando la relación entre “música y naturaleza”, pienso en tu obra como una conjunción entre elementos humanos y no-humanos muy interesante, entre el macá tobiano, la artista y el arte o técnica a través de los instrumentos musicales. ¿Fue la intención poner en juego esas “tres voces” en la obra? ¿Cómo pensas que resultó?
Justamente el gran desafío en la obra, me parece, fue poner estos tres aspectos que mencionas en inter-relación. El canto del macá, mis intenciones y decisiones sobre el tratamiento del canto y técnicas compositivas, y la particularidad de los instrumentos musicales. Al tener estos tres aspectos sus propios lenguajes, realidades y limitaciones, me resultó interesante observar cómo se iban relacionando, más allá de mis intenciones originales. Al inicio, confieso, me costó modificar el canto original, pareciéndome tan perfecto en sí mismo, tan hermoso.
Luego la obra me fue llevando a meterme más y más en sus aspectos espectrales y componentes acústicos, hasta tener la sensación de que estaba adentro del canto, teniendo una extraña sensación de cercanía y afecto con el ave. Tomando estos componentes acústicos, ritmos y frecuencias propios del canto original como punto de partida pero que en definitiva, en la resultante, ya habían tomado otra forma, aún era hasta difícil identificarlo tal cual, pasando a escucharse gestos del mismo. Se había transformado totalmente.
En este punto, sobre la gestualidad del gesto del canto, me gustaría detenerme. Porque sucedió algo maravilloso en torno a la gestualidad donde los intérpretes aportaron muchísimo. Veníamos teniendo ensayos con los instrumentistas para la presentación de la obra y sucedió que en uno de esos ensayos, de los últimos, decidí empezarlo contándoles acerca del ave, en qué situación de conservación estaba, su canto, etc. Realmente el intercambio con ellos y ellas fue muy significativo para mi y para la obra. Hasta entonces, habíamos estado ensayando notas escritas en un pentagrama.
Fue a partir de esa charla, donde la obra tomó vida, y se materializó a través de los sonidos de todos los instrumentos. Fue a partir de la intención y el énfasis en la gestualidad de las frases musicales, donde apareció el espíritu del canto del Macá tobiano. Y se pudo escuchar su voz. A través del gesto de la frase del canto del ave pudimos encontrar un punto en común, un diálogo, una convivencia entre estos tres elementos, humanos y no-humanos.
Contas que en principio la obra tenía una estructura narrativa, empezaba contando sobre la especie, luego las amenazas y finalizaba con la incertidumbre a futuro, pero que en el transcurso de la ejecución fue cambiando de forma, una “resignificación”. ¿Podrías comentar en qué consiste esta resignificación?
Tanto la estructura narrativa planteada en un inicio como el propio canto del macá sufrieron una resignificación producto de la obra. El canto por su lado, al no ser una cita textual, sino que sus características tímbricas, melódicas y rítmicas se ven reflejadas en la obra pero ya de una manera diferente a las de su origen.
Al separar el canto de su entorno natural y su funcionalidad, en la obra aporta una atmósfera sonora, un color, un contorno nuevo que dialoga a través de los instrumentos y la electrónica. Ya no es un canto que se comunica con fines de supervivencia o reproductivos, si no que esa voz se transforma en música y quiere comunicar una alerta, y de este modo cobra un nuevo significado.
La forma de la obra, como mencionas, pretendía tener una estructura narrativa lineal, donde contara de alguna manera la historia del macá, pero con sonidos. Fue tal el protagonismo del canto y sus características que pasó, a mi parecer, a ser en si misma la historia principal. De pronto me encontré con que esa melodía, esa gestualidad, me iban llevando a lugares que nunca había imaginado.
Luego de este trabajo contas que empezaste a prestar más atención a las aves, a los cantos y sus comportamientos. Tu trabajo es un ejemplo de cómo el arte es otra una forma de valorar, conocer y conservar la Naturaleza, al incluir a sujetos no-humanos, dándoles voz propia, integrar los afectos y la responsabilidad. Vinculando la Ecología sonora con la conservación de especies, ¿pensas que podría fortalecerse una unión más cercana entre el arte y la ciencia para contribuir al cuidado de la naturaleza?
Completamente. Achicar las distancias entre la ciencia y el arte me parece fundamental. Todos desde el lugar que nos toca, según nuestra profesión, podemos aportar a la conservación de las especies en peligro de extinción. Siempre tenemos una responsabilidad en los pequeños actos y decisiones que tomamos y éstos se vinculan con otros y con la naturaleza. Como artista, me parece importante preguntarme qué responsabilidad tengo al elegir mi material sonoro. Responsabilidad ligada al deseo, el deseo como responsabilidad.
Me siento muy agradecida de todo el proceso de la obra del Macá Tobiano. Y sobre todo porque esta obra se dio en el contexto de la Universidad Nacional de Quilmes, la Universidad Pública. Es decir, que involucró a toda la comunidad educativa. Surge dentro de un contexto institucional educativo, y está a disposición para que se pueda seguir investigando y desarrollando esta temática, esta relación entre la ecología sonora y la música.
Fue muy emocionante ver cómo se iba enterando cada vez más y más gente de la situación del ave, afectando positivamente a la divulgación de su problemática. Yo creo que es muy importante que no perdamos nuestra capacidad de escucha. La escucha, es el sentido que no podemos “apagar”, como sí sucede con la vista. Mientras dormimos, seguimos escuchando. La cantidad de información sonora que recibimos diariamente muchas veces es abrumadora.
Ejercitar la escucha atenta promovida desde las instituciones educativas, desde la ciencia y desde el arte, es muy importante para poder discernir toda esa información sonora, y de esta manera concientizar nuestro entorno acústico para luego poder colaborar al diseño sonoro del mismo.
Cuánto más aprendamos a escuchar a nuestro entorno, hacer una pausa y contemplar con los oídos, más nos acercamos a una escucha de nosotros mismos, y asimismo de los otros y de la naturaleza.
LA AUTORA Y SU OBRA
Violinista y Compositora argentina. Licenciada en Composición con Medios Electroacústicos por la Universidad Nacional de Quilmes, Provincia de Buenos Aires.
Como violinista ha participado de diversos espectáculos musicales y teatrales en Argentina como así mismo en México y Canadá. Recientemente participó como instrumentista en la obra ¨Un hombre acostado, apostando¨, realizado en el Centro de Experimentación del Teatro Colón, en Noviembre del 2019. Como compositora, su búsqueda está ligada a la Ecología Sonora y la utilización de cantos de aves en sus obras musicales. Promotora desde la docencia al ejercicio de la escucha consciente, tanto en las aulas como fuera de ellas. Organiza ¨Caminatas de Escucha¨ que consisten en caminatas grupales al aire libre en silencio, donde a través de ejercicios se pone el foco en la escucha y el sonido. Actualmente está desarrollando un proyecto interdisciplinario para danza y música en colaboración con la coreógrafa canadiense Zorya Arrow, basado en cantos de aves de ambos países.
Audio del concierto de tesis en la Universidad Nacional de Quilmes, Julio 2016. Pieza para quinteto acústico (violonchelo, viola, clarinete bajo, piano y trompeta) y electrónica.
2 Comments
Susana
Muy buena Nota, muy interesante contenido, te da una pausa te invita a una pausa para poder leer, un espacio de tiempo dentro de este momento donde hay que transmitir mucho en segundos por lo que la trayectoria de la nota el recorrido que propone te baja automáticamente se tiempo programado para enterarse
Redacción Florestanía
Gracias Susana! Y está buenísimo el efecto de leerla mientras escuchás el concierto!