“LA FUNDICIÓN DEL TIEMPO”

Una película que obliga a pensar y preguntarse sobre la insistencia de la vida, el tiempo, el vínculo entre humanos, y entre humanos y animales.

“La fundición del tiempo” (Tarkio Film Uruguay 2019) de Julián Álvarez Neme

Un film entre el documental y la ficción. Entre Japón y Uruguay. Entre ayer, hoy y el fuera de tiempo. Este es un film sobre el tiempo.

La primera parte está filmada en blanco y negro, en Nagasaki, donde un hombre se dedica a transplantar y sembrar árboles de kaki.

El film comienza con la imagen del sol que asoma entre las nubes y la nieve. Termina con la imagen de los tranvías que vienen y van en la noche.

El 9 de abril de 1945, Estados Unidos arroja la segunda bomba atómica sobre la ciudad de Nagasaki. Entre 40 mil y 80 mil personas mueren. La ciudad queda carbonizada. La segunda guerra mundial ya estaba acabada.

El hombre que cura los árboles acude al llamado de una vecina para intentar salvar unos ejemplares de kaki que sobrevivieron a la explosión. “Todos los árboles se calcinaron al momento de explotar la bomba, todos menos cinco de ellos”. Esos cinco árboles son los que quedan y crecen deformes a partir del metro ochenta. “Es algo muy horrible para que se repita”. Recuerdos de la bomba.

La niebla nos aleja de Japón mientras suena la canción de Bill Callahan “Too many birds”.

Ahora el film es a color y el paisaje, la ribera del río Uruguay. Un hombre en el campo. Caballos salvajes. El hombre ensilla un caballo y con él corre a la manada salvaje hasta encerrarlos en un corral.

Laaaaaaaarga – y perturbadora – escena de este señor tratando de “enlazar” a un caballo. Lo encierra en un pequeño corral y después de varios intentos bastante bruscos, logra atraparlo del cuello. Durante este largo proceso se refiere al animal asustado y huidizo como “bebé”.

Domar un caballo parece ser una actividad que lleva mucho tiempo, curar árboles de kaki también implica un largo proceso.

¿Es imbatible la vida? Fueron hombres los que arrojaron las bombas más terribles sobre otros humanos, fue una decisión pensada y racional, que destruyó en segundos la vida y los vínculos que a la historia y al planeta le llevó siglos construir, pero Nagasaki resurgió, aún cuando de ahora en adelante viva poblada por los fantasmas de todos aquellos que faltan y siempre permanecerá con una herida imposible de cerrar.

¿La domesticación es otra forma en que se expresa el patriarcado? Algún día la historia de la domesticación de los animales por los humanos será estudiada con perspectiva de género.
El hombre roba el salvajismo de los caballos en el film. El perro es el mejor amigo del hombre pero la puta es una zorra salvaje. Animales bajo control humano y creados para satisfacer necesidades humanas. Domesticar, que no es lo mismo que amansar, fue y es una tarea opresiva, de imponerse por la fuerza para apagar el salvajismo animal y tener a la bestia bajo control. La única reconciliación con el mundo animal pasa por cambiar la forma violenta y patriarcal con la que nos vinculamos con ellos, al menos desde que al humano se le ocurrió la brillante idea de domesticarlos (a la fuerza, claro está).

Este es un film sobre la estupidez humana y la resiliencia de la vida, sobre la herida de quien recibe una bomba y queda herido para siempre pero sobrevive, y es capaz de regenerar y curar otras vidas. Sobre quien somete a un otro a su voluntad, aún cuando lo haga con cariño.

Pero también es un film que habla sobre el tiempo, esa idea insondable, incomprensible, supuestamente constante y medible pero en realidad imposible.¿Es posible que vivamos todos en el mismo tiempo?

Un espacio colectivo de difusión, reflexión y debate.

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One Comment

  • Pierre-Gil Venzal

    Yo soy el domador de este documental y quiero aclarar que en 46 anios que domo caballos, nunca use la violencia. Tampoco “intento” enlazar al caballo ya que según recuerdo, lo enlace del primer tiro. jaja. Cada ves que domo un caballo, me digo que por lo menos es uno que no callo en mano de un violento y no ira al matadero como los otros muchisimos. De esta forma, el caballo que dome para este documental fue salvado del frigorífico, el entre 800. Le salve la vida con mi trabajo.

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