Servido en bandeja. Un paseo en una ciudad, conceptualmente vacía. Recuerdos compartidos de hermosas ratas en Plaza San Martín. La imaginación de un río casi invisible en la realidad. Una ciudad de otros tiempos. Recuerdo paseos por allí, abrazado de mi compañera, observando la altura de los árboles, la potencia de las tormentas. Terminar bailando alrededor del huevo de Federico Manuel Peralta Ramos (obra titulada “todos afuera”) que emplazaron hace unos años junto a la plaza. Todos afuera, rápido, todos. Contagiémonos, ampliemos los habitáculos virósicos. Continuemos ignorando al respeto a las vidas. Negados de nuestra existencia social, somos nuestro propio anti-cuerpo. Mis abuelos tenían esta bandeja, representando una parte de la ciudad de buenos aires desde donde escribo. Siempre me encantó ver el barquito y entender, que el río estaba más cerca de lo que parecía. Todo lo que invisibiliza la ciudad, y lo que invisibiliza la bandeja, ahora me lo puedo imaginar, recordar, desfilando por la city con ansias de que todo cierre, y danzar bajo las tempestades veraniegas. La gente se tensa antes de la tormenta, y cuando detona, la tensión baja.
Celebremos.