Es terrible, pero también cierto, que todo siempre está en constante cambio. En estos días de pandemia, muchas certezas tambalean. Nadie puede predecir qué sucederá “cuando termine”, porque incluso mañana es una incógnita (a pesar de que sentimos que todos los días son iguales).

Lo Real, intempestivamente, apareció para darnos tremendo cascotazo. Nada es seguro, todo está todo el tiempo en movimiento. Tiempo y movimiento, en constante devenir, aún en el encierro.

Deja que todo te suceda. Lo bello y lo terrible. Sólo sigue adelante. Ningún sentimiento es definitivo” R.M. Rilke citado en “JoJo Rabbit” de Taika Waititi 2019.

 

 

Las cosas pudieron suceder de otro modo, como siempre. 

Recuerdo una interpretación de “La Metamorfosis” de Kafka que leía la transformación de Gregor Samsa en clave libertaria; la transformación de su cuerpo en un ser extraño como liberación de una potencia vital que lo excedía. La vida era demasiado para ser contenida en un cuerpo humano sujeto al encierro hogareño, familiar, laboral. Al final, Gregor sólo estaba liberándose de la pesadez de una vida monótona. 

La vida de millones de seres se reduce a un tránsito por la vida y el mundo para que el “progreso” y la “modernidad” se conviertan en una promesa hecha realidad, pero que disfrutan algunos otros pocos. Sería muy optimista pensar que esto, de pronto, pueda cambiar. Pero de nuevo, aún no está escrita la última palabra. Abrirse a la incertidumbre, no queda otra. Metamorfosear.

Si los seres humanos son propensos a despertar un día caminando erectos cual demiurgos, Titanes, o como el Rey León, igualmente existen con el peligro de amanecer un día como cucarachas.” George Steiner “Del hombre y la bestia”